jueves, 24 de abril de 2008

Intrusos nocturnos

Hoy la nostalgia desborda…….. Pensar que uno hace esfuerzos para dejar en el pasado ciertas historias y cuando parece lograrlo, vienen los sueños a romper las pelotas y arrasan con todo el trabajo. También yooo!! Esperando favores de mi inconciente pedorro que se cuela por las noches y deja las mañanas con un sabor amargo. Más que amargo, diría salado.
Yo tardo, más o menos, medio día (a veces uno) para poder sacarme la resaca de los sueños. Tengo la dicha en un punto (es muy positivo para las terapias) y la mala suerte por otro, de recordar casi todo lo que sueño. Pero además de eso me levanto como si la vivencia hubiera sido real y me toma algunas horas recuperarme. El de ayer por la noche va a tomar un poco más que eso. Me lo dicen mis ojos, que pronostican nubosidad variable hasta la noche.

martes, 22 de abril de 2008

Se fugó un domingo de invierno
Dejó todo devastado, yermo
Apareció con otras formas
Olores, uñas, lunares.
Duro segundos, días quizás.
Y de nuevo ya no estaba,
No se percibía.
Hizo otros miles de intentos
Yo hice otros tantos miles
Pero al final del día
No me pertenecía
No como aquellas otras veces

Ahí descubrí que es escurridizo
Que maneja sus tiempos
Y lo que es peor, los míos.
El de todos, realmente
Aparece sin pedir permiso,
Se va inclemente.
Altera el bioritmo,
La rutina,
el apetito

Odia que lo controlen,
No permite que lo fuercen.
Aunque realmente
no pretendo hacerlo.
Tiene sus tiempos, sus condiciones,
Te hace bailar a su ritmo
Y hay que ceder ante él.
Presentarle resistencia,
es derrota asegurada.

Hace un tiempo ya,
se me hace difícil recordarlo
Y recordarme a mí con él.
Hace un tiempo ya que está escondido
El otro día me pareció encontrarlo de nuevo
Creí que mostraba una de sus caras.
Percibí los primeros síntomas
Pero no,
volvió a escurrirse.

Sin embargo, aquí lo espero,
De nuevo,
Siempre.
Como muchos otros
Muy pasiva para mí gusto,
No muy permeable para el de él.
Pero siempre atenta, ilusionada.
Esperando que esta vez
Se quede varias lunitas más

A veces me encantaría........

simplemente poder hacer:

Seguido de un:

jueves, 17 de abril de 2008

Café Fashido

Verdaderamente defiendo la libertad de expresión pero hay gente a la que se le debería prohibir hacer humor.
Hoy subo a un taxi y así arrancó mi Café Fashion del día:
Io:Vamos a Valentín Alsina, siga por esta y después tome Cachimayo
Taxista: Cachimayo….. aaaaa la calle 1° de junio
Io: (Este viaje va a ser largo…….)
Taxista: aa jaja no, sería 31 de junio
Io: :( :( :(
Taxista: aaaaaaaaa no no sería 31 de abril
Io: Eeeeeeeeeeeee, seee, sería la que viene a la izquierda…..

martes, 15 de abril de 2008


“Sería fantástico que yo estuviese equivocado

y que el váter no estuviese siempre ocupado.

Que hiciese un buen día
y que nos engañaran con el peso,
y que San Pedro no cantase aunque le pagaran.

Sería fantástico que nada fuese urgente.
No pasar nunca de largo y servir para algo,
ir por la vida sin cumplidos,
llamando a las cosas por su nombre.
Cobrar en especies y sentirse bien tratado
mearse de la risa
y echar a volar palomas.

Sería todo un detalle,
todo un síntoma de urbanidad
que no perdieran siempre los mismos
y que heredaran los desheredados.

Sería fantástico que ganase el mejor
y que la fuerza no fuese la razón.
Que se instalase en el barrio el paraíso terrenal.
Y que la ciencia fuese neutral.

Sería fantástico no pasar por el embudo.
Que todo fuese como está mandado y que nadie mandara.
Que llegara el día del sentido común.
Encontrarse como en casa en todas partes.
Poder ir distraído sin correr peligro.
Sería fantástico que todos fuéramos hijos de dios.

Sería todo un detalle y todo un gesto por tu parte,
que coincidiésemos,
te dejases convencer
y fueses como yo siempre te imaginé.”

Traducción de la versión en catalán de Seria Fantastic, Joan Manuel Serrat

sábado, 12 de abril de 2008

My own Actors Studio


Después de varios meses de no encontrarme con las tablas volví a mis ensayos y a los entrenamientos. Siii señor, los actores entrenamos. Acá hago un punto y aparte, y me reconozco un tanto avergonzada al reconocerme como tal. La actividad que más me demanda es diametralmente opuesta: la ingeniería y siempre sentí que a la actuación hay que honrarla con una dedicación y huevos que nunca me animé a darle. Pero bueno, hace tiempo ya que lo hago, tengo mi grupo con el que hacemos nuestras creaciones y las presentamos, así que un poco me voy a permitir la denominación y otro poco me voy a hacer cargo.
Decía entonces que los actores entrenamos y es lo que nos permite adquirir técnicas nuevas, pulir las que adquirimos y trabajar sobre las que aprendimos pero que todavía no dominamos. Mucho de este entrenamiento tiene que ver con ejercicios corporales que buscan agudizar el registre que tenemos de nuestro propio cuerpo y el de los otros, romper los ejes corporales, permitiéndonos indagar sobre todas las posibilidades que tiene nuestro cuerpo, ponernos en contradicción y alcanzar diferentes lugares expresivos. Otros ejercicios están pensados para explorar lo vincular, que es fundamental a la hora de trabajar con un compañero, y lo más importante de todo: generar y zambullirse de lleno en las zonas de CONFLICTO. EL recurso por excelencia de cualquier actor.
Pero, ¿cuándo es que todas estas partituras, técnicas e hilos que nos sostienen arriba del escenario vuelven mágico a este oficio? El otro día lo recordé. Estábamos Matías y yo, sentados uno frente al otro, conflicto mediante: madre e hijo, el quiere reencontrarse con ella y ella no. No teníamos personajes, sólo roles. Tampoco había una historia previa, ni escenografía o textos de grandes autores. Ningún desplazamiento, ningún contacto directo. Sólo éramos el y yo, con nuestros cuerpos casi inmóviles pero presentes, nuestras miradas, nuestras emociones, nuestros quieros y unos pocos textos improvisados en el momento. Y así, simplemente ocurrió lo que todo actor ansía: la magia de creer por unos instantes, en donde la cabeza desaparece y todo se vuelve visceral e instintivo. Entonces es cuando se pierden las formas conocidas, la realidad se hace difusa y aún así todo lo que sucede es verdadero. Y, por un momento, tu compañero es tu hijo y vos, su madre.
Claro está que uno puede llegar a esos lugares por la técnica y el entrenamiento, pero una vez ahí, lo mágico se dispara y todo adquiere una dinámica propia, casi incontrolable, sin saber donde nos va a dejar parados, o tumbados si tenemos suerte. Es en esa especie de caos, que todo se alinea misteriosamente y se crea la fantasía.......

viernes, 11 de abril de 2008

Dime como escalas y te dire quién eres

Alguna vez alguien me dijo que se vive como se sube una montaña. Al principio me sonó como frase de la novicia rebelde, “cuando se cierra una puerta, se abre una ventana” o algo así. No se por qué, reconozco que no tiene que ver, pero hay algo en la sonoridad de esa frase que me remite a esa película. Volviendo al punto, y dejando los prejuicios de lado, hice un breve y simple ejercicio mental: empecé a recordar algunas de las pocas escaladitas que hice en viajes.
Claramente distinguí los siguientes comportamientos:
-El que hace todo el ascenso, calladito, cargando su peso.
-El que carga su peso y está dispuesto a cargar con el del otro. Y nunca pero nunca, permitiría que alguien le cargue sus bártulos. Demasiado autosuficiente para permitirlo.
-El que no duda en entregarle la mochila al anterior cuando fuera necesario
-El que se queja constantemente por la subida empinada, las piedras en el medio., el calor insoportable, le falta de aire.
-El que tiene miedo a los bichos, poner un pie en el lugar equivocado y pisar en falso, y caer estrepitosamente al vacío. Pero igual se dispone a subirlo, con todas las precauciones del caso, obviamente.
-El que prefiere subir en aerosilla
-Y el que directamente prefiere quedarse en la base y esperar al resto del grupo para tomarse unos mate. Al fin y al cabo la vista desde allá arriba no debe ser nada del otro mundo...
Después de observar todos los comportamientos, la frase ya no me sonó tan pedorra. Es más, decidí que al menos una vez por año, voy a escalar por lo menos un montecito. Sólo para saber con qué actitud ando por la vida.

Será?

Hoy camino al trabajo vi el afiche de la obra que parece, ya hace un tiempo, protagonizan Carlos Calvo y Pablo Rago. Todo indica un intento de traer a flote a una pareja que funcionó 15 años atrás por necesidad económica de las partes.
Yo me pregunto, y acostúmbrense a que pregunto todo: Cuando estamos faltos de recursos de algún tipo, ¿reflotamos etapas pasadas? ¿Será este un mecanismo en el que caemos todos en algún momento a lo largo de nuestras vidas?. Momentos que pensamos superados, actitudes que creíamos muertas y sepultadas, ¿se reavivan ante la falta de una mejor idea?.
Espero realmente poder ser más creativa en mi vida que lo que Carlín y el Pendex han sido en sus carreras artísticas.

martes, 1 de abril de 2008

Yo también tengo un personal trainer

Sí, desde hoy tengo un coach literario. Como habrán visto, mi calidad narrativa no es gran cosa. Nunca fui buena escribiendo, ni en la escuela, ni fuera de ella. Matemáticas, física, química, eso sí era más lo mío. De hecho, si retrasé en gran parte este blog fue por no considerarme una digna escritora. Sin embargo, creo que esta debilidad no debería condenarme al oprobio de una vida sin blog.
Por lo tanto, en coordinación con mi amigo MESPI, decidí establecer una especie de tutoría literaria. Cosas básicas: horrores de ortografía, puntuación, indentación, y otras cuestiones que desconozco por completo pero que seguro llegarán a su tiempo de las manos del tutor. Cuidado!, el no tendrá injerencia en los temas a tratar, ni la forma en que se lo haga. Simplemente un mínimo de estética que haga llevadera la lectura.
MESPI, desde hoy, además de darme consejos sobre como descargar un programa a un controlador sin hacer colapsar una planta de lubricantes, serás nombrado CORRECTOR LITERARIO. Se que será una ardua tarea, hay mucho por pulir. Pero yo seré como un Anekin Skywalker, como un Daniel San de las letras: una aprendiz dispuesta a absorber las enseñanzas del maestro. Eso sí, en cuanto me rompas mucho las pelotas, me paso al lado oscuro.

Bolivia merece su entrada

No se si podré hacerle justicia a Bolivia, en realidad, más precisamente a La Paz. Había cumplido los requerimientos básicos que todo turista conoce antes de ir al Altiplano: vacuna contra la fiebre amarilla en el Malbrán, ropa relativamente abrigada aunque fuera verano, un par de medicamentos para la diarrea eterna, un protector solar con pantalla alta. También había sido prevenida sobre la importancia de tomar sólo agua embotellada, no comer lo que vendieran en la calle, caminar despacio para evitar el apunamiento y demás avisos que con seguridad no me prepararon contra el impacto que generó la Paz. A mí, es una ciudad que no siendo particularmente bella me gustó, me gustó bastante. La Paz no puede encuadrarse, definirse. Es una cosa y otra al mismo tiempo. Por la mañana podía agobiarme, y de noche no quería parar de caminarla. Hacía una cuadra, daba la vuelta en la esquina y el escenario era otro, distinto al anterior. Era difícil seguirle el ritmo. Su olor ineludible, el griterío constante de chicos invitando desde los colectivos a los distintos destinos, la carne abierta bajo el sol lista para venderse, la secuencia infinita de puestos, aimaras con celular, el “compra señorita, compra señorita” intermitente de las cholitas con sus amplias polleras coloridas, las miradas a veces resignadas, la aceptación de lo inaceptable, una sabiduría distinta, el salchipapa, y la esperanza de inclusión en manos de su Evo.
Por suerte, nada que las vacunas y precauciones pudieran evitar.