domingo, 29 de noviembre de 2009

Dualidad o hiperliteralidad?

Mesera:¿ Le voy cobrando que estamos por cerrar?
Mrs_Magoo: Ok. ¿Me podrías traer una factura o algooo?
Mesera: Sí
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Unos minutos más tarde la mesera se presenta con un platito. Sobre el platito 1 medialuna!
Mrs_Magoo: ¿¿¿¿???? Noooo, no, no, me refería a un ticket.
Risas

sábado, 28 de noviembre de 2009

What Frank already knew


Los extraños siempre despertaron mi interés. Si alguien que conozco hace tiempo, me llama para ir a dar una vuelta y estoy en pantuflas y/
o echada, probablemente pase. Ahora, si se trata de un extraño, podría pensarlo.
El extraño ha montado todo un circo de entretenimientos para ofrecerte. Cualquier historia que cuente sería por primera vez, nunca se va a repetir o reeditar. No vas a escuchar nunca de su boca como volvió a cometer el mismo error sobre el cual se arrepintió 200 veces en tu cara. Cada poro de su piel es una hendija nueva para vos, y ese lunar o diente torcido será la primera vez que nos apunte a los ojos.
El extraño tiene todo por ganar. En lo que a uno respecta, podría ser un brillante violinista con humor ácido, una dulzura extrema y amante de los animales. O cualquier versión mejorada de lo que realmente sea. Oportunidad que tenemos en igual medida con el perfecto desconocido. Por ejemplo, si yo tirara o rompiera algo como suelo hacer, el extraño quizás reiría ampliamente de mi torpeza. Todos los demás girarían su cabeza de derecha a izquierda, desaprobando la desconocida malformación neuromecánica que hace que de nuevo les haya manchado la camisa.
El extraño podría considerar espontáneo algunos de mis comportamientos, mientras que los conocidos verían en ellos la frustración de no haber podido modificarlos.
Cuando el extraño habla, su saliva en tu mano rara vez corresponda a una escupida, si no a una articulación enfática de su boca. Y cuando no está de acuerdo con uno, se vuelve un desafío, más que en un idiota que insiste en llevarte la contra.
El olor desagradable en un extraño bien podía deberse a un día sofocante y no a una sistemática negación al jabón.
Si el extraño quiere saber de nuestras vidas es claramente por falta de información, mientras que los conocidos podrían tener intenciones espurias para lo que más vale estemos atentos.
Disculpen, voy a interrumpir abruptamente estos pensamientos. Sentí hambre. Me voy entonces a comer alguna cosa con……
¿Perdón, cómo me dijiste que te llamabas?

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Como cucarachas

Muchos sabemos que hay algo como el espacio óptimo entre uno y otro. Yo lo califico como mi metro cuadrado. Después lo pensé mejor, está claro que esta no puede ser una medida fija. Hay con quienes este metro sobra, u otra cosa sobra en su defecto. Claro, esto que para mí sólo se cumple con una finitud rigurosa, para otros abarca todo el espectro de sus interlocutores.
Estos usurpadores de espacio carecen de un concepto métrico claro, e inundan la zona de confort con la misma regularidad con la que deponen. Ahora, esta gente no se detiene ahí. Son pocos los casos en las que se limitan únicamente a la cuestión espacial. Seguramente, y si revisan bien, incluyen algunas de estas características:
-Rompen la barrera del sonido, más de la mitad de las veces que generan emisiones
-Mantienen conversaciones de duraciones dignas de un record guinness aún cuando toda la gestualidad y corporalidad de su interlocutor indica que está ocupado, o simplemente hinchado las pelotas
-Cree que es querido o apreciado por todos y que su simpatía inunda al igual que su cuerpo
-NO, bien podría ser una sigla para ellos porque si la oyen o la leen por ahí, no se dan por aludidos que deben parar
- Se burlan con desparpajo de todo límite que se les impone y le escapan al buen gusto como al silencio con igual frecuencia.
Pero no se equivoque. Si ud. es blanco regular de estos especímenes, debe saberlo: estas personas no se levantan cada mañana pensando las mil estrategias para meter el pie en nuestro metro cuadrado. NO. Simplemente les falta una habilidad clave, el REGISTRE. Otro concepto que han filtrado con repetición en la etapa anal o alguna otra de estas que le gustan a Freud. Y es esto justamente lo que los hace tan impunes.
Si usted tiene uno cerca, le diría que no intente explicarle las numerosas incomodidades a las que se ve expuesto a su lado. Primero, podría lograr una reacción adversa haciendo que este individuo intensifique el síntoma.Segundo, el individuo podría sentirse sumamente ofendido y convertirlo a ud inmediatamente en un hijo de puta sin sentimientos. Pero de seguro, le dará infinitas oportunidades más para que ud. reevalúe su actitud.
Bueno, niiii entremos en detalle cuando esta persona combina esta característica con el enamoramiento no correspondido. Uff, este es un capítulo aparte sobre el cual ni un congreso de afamados sociólogos y psicólogos podría soñar teorizar. En este caso, mi humilde advertencia y consejo es la de no dar explicaciones, ni la de poner excusas. Cosas como: "no puedo porque tengo que hacerle un enema al Bobby" no funcionan. NO, no intente por ese lado. Esta persona podría ofrecerse a ayudarle porque tiene muy buen feeling con los animales y el Bobby no se merece eso.
Podría decir que el recurso cercano a tener éxito es: el autismo. Entienda bien, esto significa llegar a niveles de emisión 0. Hablo de ni siquiera usar interjecciones. Nada de ahaaa, mjj, mmm, uyyy. Y ni hablar de frases más extensas como "que bueno", "a sí?", "no me digas", que podrían despertar una reacción en cadena de nuevas ideas, relatos y espacios invadidos. No no no, y en esto soy enfática. Debe ser el silencio absolutoooo. Incluso el sólo movimiento de las moléculas de aire cuando usted exhala podría ser tomado como un sonido de invitación.
Y por último: la mirada. Ponga un punto fijo en algún lugar que no tenga a este espécimen como blanco. NUNCA, pero NUNCA, deje que entre dentro de su campo visual. Ni siquiera se atreva a chequear con el rabillo del ojo.
Aún así, no se frustre si no lo consigue. Estos fagocitadores del confort encontrarán la manera de hacerle pisar el palito. Al fin y al cabo son seres con un sistema de defensa más elevado que el resto.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Almas de purgatorio

Viven una dualidad constante. Se dan cuenta que acá no pueden sacar el boleto del subte en una máquina y que nadie les va a tocar el timbre sin aviso previo para tomar un Matienzo
Defienden categóricamente la comodidad en la que viajan, compran y caminan por las calles pero se les vuelve insoportablemente indefendible no ver a la tía Maruca, ya sea en el asado del domingo o en una góndola del supermercado.
Se les hace difícil imaginar que tendrían que volver a mirar para atrás cada vez que dieran vuelta a la manzana, y se acostumbran a imaginar que son más felices en este nuevo lugar. Hasta que ven un Havanna y se les pianta un lagrimón.
Cuando vienen de visita se dan cuenta que están distintos, que el aire y acento lo tienen mezclado, que una cena les sale lo que un chicle y que se pierden de ese chiste.
Ellos tienen segundos, incluso horas, en que nunca estuvieron. Ni escucharon eso que vos y yo escuchamos, ni olieron lo que alguna vez nosotros olimos. Se perdieron una parte, de esa que no encontrás en un libro y que definitivamente no podés googlear
Son un híbrido, un coito interruptus, una sucesión de guiones, a veces una línea de puntos.......
Son de esos estornudos que llenan los ojos de lágrimas pero no escupen.
Son de esas lluvias que garuan finit.

Oda a Chau Misterix

Yo si quiero dejo de escribir por un año y vuelvo como si nada
Yo si quiero, mañana vuelvo a dejar de escribir otro año más
Yo si quiero, me siento en tu mega sala de reunión, me olvido del halo de superioridad que te asignaron y te “comento” lo que pienso
Yo si quiero, comparto el remís con un extraño
Y también si quiero, no aprieto el botón.
Si me das un poco más de tiempo y quiero, me hago entender con señas y te pido que me dejes acá aunque no hable checo
Si quiero, no llego una hora antes al check in y hago que milagrosamente se atrase el vuelo
Yo si quiero, te hago creer que no me doy cuenta de lo que vos y yo sabemos
Con un poco de esfuerzo, pero si quiero, dejo un año de laburo porque me estás comiendo la cabeza y no me gusta como venís moviendo las piezas en el tablero. Y menos cuando me tocó ser el peón.
Yo si quiero doy vuelta tantas veces las palabras y las ideas que te mareo aunque tengas razón.
Con algo de resentimiento de mi hígado, yo si quiero termino una barra de chocolate blanco y almendras. Y me voy a dormir sin lavarme los dientes
Eso sí, no me pidas que si yo quiero,
vos me quieras