lunes, 31 de marzo de 2008

Galán de todos los tiempos


S: Ohhh Rhett where shall I go now…….what shall I do?
R: Frankly my dear, I don´t give a damn!.

Más o menos así abandona Rhett Buttler a una manipuladora Scarlett O´Hara, después de 3 hs de película en donde lo tiene a mal traer . Ella, ícono de la llorona compulsiva y reina de las crisis nerviosas , curiosamente nunca contaba con un pañuelo para secar sus lágrimas.
A veces la manipulación femenina requiere de un Rhett Butler a mano.

Instintos Infernales


Desde pequeñitas estimulan el instinto maternal que se supone tenemos las mujeres con todo tipo de juguetes que el mercado ha acondicionado para este fin. Sí! El mercado también está complotado en este intento de hacernos creer que la maternidad es gran cosa. Y si bien no es mi intención negar el amor que parece despertar un hecho tan movilizante como traer un crío al mundo, tampoco puedo evitar negar que hay algo que muere al tiempo que nace la tan deseada criatura: LA LIBERTAD. Debo confesar que con ella no he hecho grandes hazañas, ni proezas, pero aunque más no sea tener la libertad de moverse de un cuarto al otro sin miedo a que la criatura se rompa la cabeza vale la pena!
Ayer por primera vez cuidé SOLAAA al bebé de 6 meses de una amiga. Debo aclarar que el bebé es un bombón y que se bancó bastante bien que la madre se ausentara con justa razón por aproximadamente hora y media. Aún así, por hora y media no hice otra cosa que estar a su disposición: mirar como se babeaba, mirar como jugaba, jugarle, darle agua, cantarle, alzarlo, todo con la única intención de que esa mueca de descontento que cada aproximadamente 10 minutos esbozaba su carita, no se convirtiera en un llanto certero. El punto es que todo mi ser ser desmaterializó durante esa hora. Deseos tan básicos como sonarme los mocos, tomar agua, acomodarme el pelo, ir al baño, se hicieron una pequeña hazaña. YO YA NO IMPORTABA, excepto por el hecho de que debía mantener a la criatura viva. No había nada que pudiera hacer al respecto más que llamar a la madre en grito de agonía, cosa que nunca hubiera hecho. Esta sensación de “no puedo mover un dedo a mi antojo y la puta madre” fue solamente por una hora. Esta madre, como muchas otras, pasan HOOORASSS haciendo esto y, si bien, con un poco más de relajación por estar más acostumbradas, la sensación no debe ser tan diferente.
Seguro que todas uds., madres, encontrarán millones de razones que ameriten este agobio, pero realmente me cuesta no pensar en lo perverso del instinto maternal. Traer una vida al mundo, ESTE MUNDO!, sabiendo que dependerá por largos años de nosotros, que a veces ni con nuestras propias vidas podemos…..Lo siento, pero dudo que corresponda a un instinto tal como lo pintan. Quizás esté más vinculado con un deber ser, que está muy bien programadito en nosotras y que hasta a veces se confunde con un deseo propio. Por lo pronto, la experiencia no fue tentadora, al menos no para una pequeña egocéntrica como la que escribe!

jueves, 27 de marzo de 2008

Atajada yo?

Se supone que la primera entrada debería decir algo interesante no? Algo que llame la atención de posibles lectores, algo innovador quizás? Macabro, tal vez. Inesperado, inteligente, astuto, liberador, estimulante, narcotizante. Nadie quiere morir en el absoluto anonimato cuando de exponerse se trata!
Bueno, le prometo señor lector que no cumpliré con ninguna de sus expectativas. Es tarde, estoy libre de glucosa y las historias hoy no abundan y quizás no lo hagan nunca. Alguna razón debo haber tenido para iniciar esto pero no puedo recordarla. Puede que con los días, tal vez los años, recupere mi propia prudencia y decide sacarlo de circulación. Por ahora haré la prueba, que es algo que suele costarme en otros fueros. En este caso, el costo de la equivocación no debería ser muy alto para mí. Y en el suyo? En el suyo, no puede decir que no le avisé.