lunes, 23 de noviembre de 2009

Almas de purgatorio

Viven una dualidad constante. Se dan cuenta que acá no pueden sacar el boleto del subte en una máquina y que nadie les va a tocar el timbre sin aviso previo para tomar un Matienzo
Defienden categóricamente la comodidad en la que viajan, compran y caminan por las calles pero se les vuelve insoportablemente indefendible no ver a la tía Maruca, ya sea en el asado del domingo o en una góndola del supermercado.
Se les hace difícil imaginar que tendrían que volver a mirar para atrás cada vez que dieran vuelta a la manzana, y se acostumbran a imaginar que son más felices en este nuevo lugar. Hasta que ven un Havanna y se les pianta un lagrimón.
Cuando vienen de visita se dan cuenta que están distintos, que el aire y acento lo tienen mezclado, que una cena les sale lo que un chicle y que se pierden de ese chiste.
Ellos tienen segundos, incluso horas, en que nunca estuvieron. Ni escucharon eso que vos y yo escuchamos, ni olieron lo que alguna vez nosotros olimos. Se perdieron una parte, de esa que no encontrás en un libro y que definitivamente no podés googlear
Son un híbrido, un coito interruptus, una sucesión de guiones, a veces una línea de puntos.......
Son de esos estornudos que llenan los ojos de lágrimas pero no escupen.
Son de esas lluvias que garuan finit.

1 comentario:

Javi! dijo...

cada dia mejor vos no?
te acuchillo de envidia te acuchillo.