Siempre está el ex al que le gusta seguir meando, aunque sea un poquito, alrededor del árbol para marcar territorio. Territorio que, por cierto, ya NO le interesa realmente. Lo que me hace pensar que se trata de un juego un poquito perverso. Mi amigo F., que de un tiempo a esta parte se comió al Coco Sily, al registrar el leve alboroto que le generó a mi amiga G. un mail de su ex, le dijo estas sabias palabras: “Miráa nena, la próxima vez que se contacte con vos le decís: ¿sabés qué?, de la última vez que te vi, a eso sumale 120 empujones”. Después de las carcajadas correspondientes, le digo: “Pero G. ni en pedo llega a 120, ¿se puede acotar el número?” Me contesta: “No importa, haceme caso, hay que decirle 120, ni más, ni menos. Vas ver como se deja de joder”
La simplicidad de algunas tácticas me conmueve hasta la risa.
La simplicidad de algunas tácticas me conmueve hasta la risa.
1 comentario:
Y? Funcionó lo de los 120 empujones?
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