miércoles, 14 de mayo de 2008

De logias y sectas

Recién leía el post de una amiga que alegaba no conocer a la "mayoria", al resto de la gente... Y me sentí algo preocupada por ella, porque creo que es un grave error y hasta a veces peligroso desconocer o negar su existencia. Yo veo de esas sectas todos los días, en todos los recovecos. Para mí es muy claro identificarlos. Hay varios indicios: sus movimientos calculados, ese gusto insípido que dejan en la boca, la falta de curvas y laberintos. Si se fijan bien, el iris de sus ojos es incoloro, en serio. Y si prestan más atención tienen una lengua amorfa con saliva putrefacta. Ellos también lo perciben a uno, algunos quizás porque son del palo y están camuflados. Otros, porque son guardianes fieles de la unanimidad y la coherencia y están ahí para mantener la pureza de la logia
Sin embargo, tampoco puede negarse que por momentos me hago socia de ese club o finjo alguna especie de interés en esa membresía; y hasta algunas veces de confusión creería que puedo pedir mi carnet de vitalicia. Sea como fuere, vivo con un pie adentro y otro afuera, que es el que a veces me deja respirar con la misma fuerza que puede desquiciarme. Eso sí, siempre me aseguro que el pie de adentro los contamine un poquito, a mi modo y de las maneras más simples.

1 comentario:

Desirée dijo...

El tema es que no creo que las mayorías o la gente sean de tal o cual modo. Debe estar el de lengua insípida que, por ejemplo, se emociona viendo "El Gran Pez".